BOICOT A LOS COMPLEMENTOS DE RUANO


Una vez terminadas las vacaciones de verano y ya metidos en pleno mes de Septiembre, volvemos a la carga con nuestra reivindicación del derecho colectivo a la homologación salarial del profesorado universitario.
El 16 de julio el Claustro de la ULL aprobó por asentimiento la propuesta de homologación para el profesorado universitario, consistente en 6.000 euros anuales para los que tengan dedicación a tiempo completo y en la parte proporcional para quienes su dedicación sea a tiempo parcial.
Tal pronunciamiento unánime del máximo órgano de representación de la ULL no iba a quedar sin respuesta negativa por parte del Consejero de Educación, quien efectivamente desde la Dirección General de Universidades (DGU) envía por correo electrónico el 28 de julio, un comunicado al profesorado informando del establecimiento del plazo del 1 al 27 de septiembre para la evaluación de los méritos conducentes al posible cobro de los complementos retributivos. El aprovechamiento de las fechas vacacionales veraniegas para el envío de tales órdenes no hace sino el recordarnos los más fascistas y dictatoriales modos con los que actuaba la dictadura franquista.
Posteriormente, el 30 de Julio los sindicatos esquiroles y traidores CCOO, UGT y CSIF envían también su comunicado vía e-mail, informando en la misma línea de la DGU, de la apertura de dicho plazo de evaluación para los complementos retributivos. Con esta acción tales sindicatos presentes en la JPDI ahondan una vez más en su colaboracionismo con la patronal, reforzando estrategias divisionistas y confusionistas.
Finalmente el 26 de agosto, la ACECAU envía su comunicado recordatorio inmediatamente antes del inicio de la vuelta al trabajo, en el que informa de algunos aspectos técnicos relativos a ese período evaluativo para los complementos.
Debemos unir a los hechos cronológicos anteriormente descritos, otros dos que nos pueden ayudar a comprender mejor la actitud hostil y beligerante contra la ULL en la que está el Consejero de Educación. El primero de ellos se refiere al agravio comparativo y trato discriminatorio que ha supuesto la publicación en el BOC del 26 de julio de los Estatutos de la ULL, en la que desaparecen algunos artículos aprobados en el Claustro como por ejemplo, el de la gratuidad de los estudios universitarios para el personal de la universidad lagunera y sus familiares en primer grado, artículos esos que sí se mantienen sorprendentemente en los estatutos de la universidad de Las Palmas. El segundo hecho es el de la denuncia realizada en la prensa el 30 de Julio por parte del Sindicato de Estudiantes Canarios (SEC), sobre la exclusión de los representantes de dicho sindicato en la ULL del proceso negociador para la revisión de las tasas de matrícula universitaria, para las que pedían un incremento del 2,7% y no la subida del 5,7% que ha terminado imponiendo el Consejero de Educación.
Ante tales hechos parece ser que el Sr. Ruano quiere guerra contra la ULL y se la vamos a dar en este curso 2004-2005 que comienza. Este pésimo gestor que preside la empresa pública SOCAEM, la única de las 22 que hay en Canarias que ha suspendido la revisión de sus cuentas del 2003 mediante informe de auditoría, por duplicar sus pérdidas en comparación al 2002, llegando a un saldo negativo de más de un millón de euros, se ha empecinado en negar el reconocimiento del legítimo derecho a la homologación salarial del profesorado universitario. Su lanzamiento del período evaluativo para el mes de septiembre, sólo demuestra su deseo de echar un pulso al movimiento reivindicativo que se ha puesto en marcha en la ULL, tratando de obtener un plebiscito a su modelo de complementos, pues no cabe duda que no tardará en utilizar las cifras de los profesores que concurran a tal proceso evaluador como una legitimación y refrendo de sus posiciones.
Me adhiero a las reivindicaciones de la Asamblea del Profesorado de la ULL por la Homologación, en la línea de exigir la renovación de los antiguos complementos, la anulación de los nuevos complementos y el inicio de negociaciones para el reconocimiento y pago de la homologación. Primero homologar y luego baremar ese debe ser el orden y no el inverso. Por todo ello, el que esto escribe hace un llamamiento al profesorado para que boicotee ese proceso evaluador, no concurriendo a la presente convocatoria, yo por mi parte no participaré en el mismo, de nuestra unión y fuerza dependerá el éxito de esta lucha.


José Tomás Bethencourt Benítez
Facultad de Psicología